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Distinción Académica Doctorado Honoris Causa

La Universidad Nacional honra merecidamente a ciudadanos de Costa Rica y el mundo que se destacan y se han destacado por su aporte a la sociedad, y que contribuyen con su obra y pensamiento a la consecución de una calidad de vida digna para todos los seres humanos.

Continúe leyendo para acceder a la lista de personas que han sido galardonadas con esta distinción.

El Doctorado Honoris Causa es la máxima distinción que concede la Universidad Nacional. Es un título honorífico, no equivalente al doctorado académico, y se concede a personas eminentes que destaquen de manera singular en el campo de la investigación, de la docencia, de la extensión, en el cultivo de las ciencias, las artes y de las letras, o en aquellas actividades que tuviesen una repercusión notoria e importante en el terreno científico, artístico, cultural, tecnológico o social, tanto a nivel nacional como internacional.

 

Alfonso Chase Brenes, poeta, novelista, cuentista y ensayista costarricense. 2022


La entrega de un Doctorado Honoris Causa se acompaña de un certificado con la información del reconocimiento, el nombre de la persona merecedora y el acuerdo tomado por el Consejo Universitario, así como la fecha correspondiente. Adicionalmente se entrega una placa.



La UNA ha entregado este reconocimiento académico a:

Uladislao (Lalo) Gámez Solano, exministro de Educación Pública y fundador de la UNA (q.D.g.), 1982
Por haber redactado la ley que se envió a la Asamblea Legislativa y que dio como origen la creación de la Universidad Nacional en 1973, así como por sus grandes aportes a la cultura y educación costarricense.

José Figueres Ferrer, expresidente de la República (q.D.g.) 1985
Por sus dotes de estadista, su lucha y preocupación por el desarrollo económico, por la justicia social y la profundización democrática de Costa Rica, así como por su dinámica visión de la educación y la cultura.

El Consejo Universitario consideró además, la indiscutible contribución del expresidente José Figueres Ferrer a la fundación e inicio de la Universidad Nacional, durante su segunda administración constitucional.
 
Franklin Chang Díaz, astronauta costarricense, 1990
En reconocimiento a su esfuerzo y excepcional trayectoria como primer científico espacial de origen costarricense, ejemplo de valor y orgullo para la juventud y nuestra nacionalidad.

Oscar Arias Sánchez, expresidente de la República, 1990
En reconocimiento a sus esfuerzos y logros por la pacificación de Centroamérica y la distensión mundial, que le valieron el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz. Esta designación colocó a nuestro país en el lugar que actualmente ocupa como ejemplo de paz y de democracia.  Se reconoce al señor Arias su tesón y constancia en la búsqueda y consecución de sus ideales, actitud ejemplar para nuestra juventud y nuestra niñez.

Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz (1992), 5 de febrero de 1993
Por representar los más altos valores que guían nuestra institución y por ser un símbolo mundial de la lucha por el desarme, la reconciliación, la justicia y la paz.

Kurt Pahlen, director de orquesta austriaco, 1995
Se le ofrece este reconocimiento por sus aportes en las artes musicales en general en el siglo XX y por la necesidad de fortalecer en Costa Rica y en la UNA, desde el punto de vista académico, la educación musical. Sus aportes contribuyeron a perfilar la Maestría en Música de la Universidad Nacional.

Esta distinción no se hizo efectiva ya que el dedicado falleció antes de la ceremonia de entrega.

Rodrigo Alberto Carazo Odio, expresidente de la República (q.D.g.), 1996
Por su honradez incuestionable, su amor a la academia, su patriotismo, su probada dignidad, su honestidad política, su inclaudicable lucha en pro de la defensa de la soberanía nacional, su latinoamericanismo, su ejemplar acción pública y sus reconocidas virtudes personales.
 
Paul Crutzen, Premio Nobel de Química, 1996
Por haber puesto su brillante inteligencia, su rigurosidad y su contribución al desarrollo del humanismo científico al servicio de la humanidad, por medio de sus significativos aportes a la investigación, de manera particular de aquellos concernientes  al campo de la Química de la Atmósfera, los cuales le han merecido múltiples reconocimientos entre los que se destaca el Premio Nobel de Química 1995.

Es miembro de la Sociedad Max Planck para el Progreso de las Ciencias.

Franz Hinkelammert, científico social, 2001
Se le otorga el Doctorado Honoris Causa por su excepcional aporte a las Ciencias Sociales Contemporáneas, sus calidades humanas, intelectuales y éticas, además de su aporte efectivo al desarrollo de un pensamiento crítico e independiente en América Latina.

Se reconoce también su vasta y significativa obra, editada en varios idiomas y valorada como definitiva para la comprensión de la sociedad occidental moderna.

Federico Mayor Zaragoza, director general de la UNESCO, 2004
Humanista, político, científico, poeta y educador cuya obra escrita y acción pública han trascendido las fronteras de su país, España, para incidir significativamente en la dinámica cultural y educativa del planeta.

Se le otorga el Doctorado Honoris Causa por sus excepcionales aportes para el desarrollo de una cultura fundada en los principios de solidaridad, comprensión mutua y diálogo, y su compromiso con la educación superior pública.

José Saramago, Premio Nobel de Literatura (q.D.g.) 2005
Se otorga al escritor José Saramago el Doctorado Honoris Causa tanto por su trayectoria como intelectual, literato, educador y humanista como por el contenido de su pensamiento y la visión crítica que lo inspira.

Su producción literaria abarca poesía, crónicas, viajes, teatro, cuentos y novela, género éste último con el que ha adquirido su máximo relieve artístico y la más extensa difusión internacional.   

Ernesto Cardenal Martínez, poeta nicaragüense, 2006
Por su destacada trayectoria intelectual, literaria y humanista. Con su obra ha trascendido las fronteras de su país, Nicaragua, e influido en muy diversos órdenes en la dinámica cultural mundial.

Samuel Stupp Kupiec, nacido en Costa Rica y actual director del Instituto para la Bionanotecnología  en Medicina de la Universidad de Northwestern, Chicago, Estados Unidos, 2011
Por su destacada y excepcional trayectoria académica, profesional y científica y por haber sido seleccionado, en el año 2006, por la Organización Industrial en Biotecnología como uno de los “15 científicos candidatos a cambiar el mundo”, así como por muchos otros reconocimientos científicos de carácter internacional de los cuales ha sido merecedor.

Elizabeth Odio Benito, Ex vicepresidenta de la República, 2014
Por su excepcional labor en el Tribunal Penal Internacional, su trayectoria como propulsora del movimiento feminista en Costa Rica y su desempeño en la función pública.

Aníbal Quijano Obregón, Científico Social,  2015.
Por su aporte sustantivo a las ciencias sociales latinoamericanas e incansable trabajo y colaboración en diversos espacios académicos e intelectuales, que lo convierten en un insigne maestro del desarrollo y pensamiento crítico latinoamericano y en un humanista preocupado por la realidad de nuestra América.

La entrega fue realizada por videoconferencia desde el Consejo Universitario.

Julio Escámez Carrasco, Artista plástico, 2015
Se le entregó el Doctorado Honoris Causa entre otros motivos porque la producción generada a lo largo de su vida artística constituye un acervo de documentos y pinturas de excelencia, pertinencia y calidad que favorece e impulsa la actividad académica sustantiva de diversas unidades académicas de esta institución de educación superior, con especial énfasis en el abordaje de temas relacionados con derechos humanos, humanismo y ambiente.

Se le reconocen también sus aportes a la academia, la investigación y la producción artística, como las actividades sustantivas de la Universidad Nacional, en procura de la promoción y protección de los derechos fundamentales de las personas en un mundo sin violencia ni guerras.  

Enrique Domingo Dussel Ambrosini, filósofo, 2016.
Reconocido internacionalmente por su trabajo en el campo de la ética, la filosofía política y el pensamiento latinoamericano.

Se identifica una reconocida influencia en las bases filosóficas y sentido social de nuestra universidad necesaria, que, en tanto fundada en una visión latinoamericana de los saberes y la pedagogía; ha permitido la inclusión social y el pensamiento crítico desde sus inicios hasta la actualidad. Particularmente, se mantienen vínculos directos de nuestra comunidad académica con el pensamiento de la filosofía de la liberación y con el pensamiento crítico.

Roberth Hubert, Premio Nobel de Química (1988) y exdirector del Instituto Max Planck de Bioquímica, 2016.
Se le entrega el Doctorado Honoris Causa, entre otros motivos porque el  impacto de sus investigaciones “constituyen un importante aporte al estudio de la fotosíntesis como puerta de entrada de la energía a nuestros sistemas biológicos y de su contribución a la fijación de carbono en el planeta. Por lo tanto, la fotosíntesis hace posible el mantener la vida en nuestro planeta y ayuda enormemente a la mitigación del efecto invernadero sobre la Tierra que tiene la acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera”.

Pbro. Benjamín Núñez Vargas, fundador y primer rector de la Universidad Nacional, In Memoriam, 2018.
Se le entrega el  Doctorado Honoris Causa In Memoriam de la Universidad Nacional al Presbítero Benjamín Núñez Vargas, por la creación de la Universidad Nacional, como universidad necesaria, corolario de su búsqueda de una sociedad de equilibrio, solidaridad y justicia social, respetuosa de los derechos humanos y las libertades públicas que promueve valores de libertad, paz y democracia.

Rodrigo Zeledón Araya, fundador de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional, 2019. 

Por ser una autoridad de reconocido prestigio nacional e internacional en el campo de la microbiología, así como por por su incansable trabajo humanista y científico en la búsqueda de soluciones para reducir el impacto de las enfermedades tropicales, que afectan los estratos socioeconómicos más bajos del continente americano. Se le otorga esta distinción también por sus excepcionales aportes para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, basados en los principios de solidaridad y respeto; también por su compromiso con la educación superior pública. 

Arnoldo Mora Rodríguez,  profesor fundador de la UNA, 2021

Por su contribución académica en la fundación y desarrollo de la Universidad Nacional; así como por sus aportes significativos al pensamiento latinoamericano y el compromiso que desde su praxis asumió con el ser humano y la necesidad de una sociedad más justa y democrática, para lo cual ha trabajado gran parte de su vida.

Yadira Calvo Fajardo, escritora feminista costarricense, 2021

Por ser una de las pioneras e intelectuales más destacadas en Costa Rica. Su vasta producción bibliográfica e investigativa, en conjunto con su voz crítica y valerosa, han contribuido a generar un pensamiento subversivo que cuestiona el sexismo y la misoginia presentes en diversos discursos paradigmáticos, tales como la literatura, la historia y la filosofía, a través de una elaboración teórica que indaga las bases de esos conocimientos desde la antigüedad clásica hasta la actualidad.

Walter Gavitt Ferguson Byfield, compositor, 2021
Por su aporte a la cultura costarricense, al dedicar toda una vida como músico y compositor de obras en el género calipso, producción musical que adquiere carácter universal.
 
Sergio Ramírez Mercado, escritor, 2022
Reconocimiento por su aporte a la cultura centroamericana y universal mediante su obra literaria.

Mario Boza  Loría,  ambientalista, 2022 IN MEMORIAM
Por sus aportes invaluables a la conservación de las áreas silvestres protegidas, los recursos naturales y al desarrollo del ecoturismo en Costa Rica.

Alfonso Chase Brenes, 2022
Poeta, novelista,cuentista y ensayista costarricense